Acabo de leer el testamento del vilmente asesinado líder libio Muammar Al Gadaffi, víctima como su pueblo de quienes hablan de democracia en todos SUS medios de comunicación mientras asesinan para Shell, Repsol, British Petroleum, etc.
El testamento no solo es un recuerdo de lo que ha supuesto la Yanahiriya sino un recuerdo también de lo que es el capitalismo para el pueblo de los EEUU y lo que va a suponer para el pueblo libio. Y lo más importante, deja bien claro que, en los últimos días de su vida, era plenamente consciente de quiénes eran los culpables, la quinta columna de la sociedad libia, toda una clase social, una burguesía local a la que el socialismo libio permitió desarrollarse y la cual no se contentaba con los beneficios que ya tenía.
Tomemos nota.
Extraido de...
www.webislam.com/noticias/63371-testamento_de_gaddafi.html
En el nombre de Alá, el benéfico, el misericordioso...
Durante 40 años, o aún mas, no recuerdo, hice todo lo que pude para darle al pueblo casas, hospitales, escuelas, y cuando tenían hambre alimentos. Incluso en Bengasi convertí el desierto en tierras de cultivo, resistí los ataques del vaquero Reagan que mató a mi hija adoptiva huérfana cuando estaba tratando de matarme y en cambio mató a ese pobre niña inocente. Luego ayudé a mis hermanos y hermanas de África con dinero para la Unión Africana.
Hice todo lo que pude para ayudar a la gente a entender el concepto de democracia real, donde comités populares dirijen nuestro país. Pero eso no alcanzó, como algunos, incluso las personas que tenían casas de 10 habitaciones, nuevos trajes y muebles me dijeron, nunca estuvieron satisfechos y tan egoístas eran que aun querían más. Fueron ellos quienes dijeron a los estadounidenses y otros extranjeros, que necesitaban "democracia" y "libertad" sin reconocer que es un sistema salvaje, donde el pez grande se come al chico, pero estaban encantados con esas palabras, sin tener en cuenta que en EE.UU., no hay medicina gratis, no hay hospitales gratis, no tienen viviendas gratis, no hay educación gratis y no tienen comida gratis, excepto cuando la gente tíene que mendigar o ir a largas colas para obtener un plato de sopa.
No, no importa lo que hice, nunca fue suficiente para algunos, pero otros sabían que yo era hijo de Gamal Abdel Nasser, el único verdadero líder árabe y musulmán que hemos tenido desde Salah-al-Deen, cuando afirmó que el Canal de Suez era para su pueblo, como yo afirmé que Libia era para mi pueblo, fueron sus pasos los que traté de seguir, para evitar que mi pueblo, libre de la dominación colonial, cayera en manos de ladrones que robaran lo nuestro.
Ahora, estoy bajo el ataque de la fuerza más grande en la historia militar, mi pequeño hijo africano, Obama quiere matarme, para quitarle la libertad a nuestro país, para quitarnos nuestra vivienda gratis, nuestra medicina gratis, nuestra educación gratuita, nuestra comida gratis y reemplazarlas con el American style of thievery (estilo de robo usano), llamado "capitalismo", pero todos en el tercer mundo sabemos lo que eso significa, significa que las corporaciones se apropian de los países, se apropian del planeta y la gente sufre. Por lo tanto, no hay alternativa para mí, tengo que sostener mi posición y si Dios quiere moriré siguiendo Su camino, el camino que ha hecho a nuestro país rico, con tierras de cultivo, con alimentos y salud y que ha permitido incluso ayudar a nuestros hermanos y hermanas africanos y árabes a trabajar aquí con nosotros, en la Jamahiriya Libia.
No quiero morir, pero si asi ocurre, por salvar a esta tierra, a mi pueblo, y a todos los miles que son todos mis hijos, entonces que así sea.
Sea este testamento mi mensaje al mundo, yo enfrenté ataques cruzados de la OTAN, enfrenté la crueldad, enfrenté la traición, enfrenté a Occidente y sus ambiciones colonialistas, y que estuve con mis hermanos africanos, mis verdaderos hermanos Árabes y Musulmanes, como un faro de luz. Cuando otros estaban construyendo castillos, yo vivía en una casa modesta y en una tienda de campaña. Nunca olvidé mi juventud en Sirte, no malgasté nuestro tesoro nacional tontamente y como Salah-al-Deen, nuestro gran líder musulmán, que rescató a Jerusalén para el Islam, tuve poco para mí...
En Occidente, algunos me han llamado "loco" o "desquiciado", pero aunque saben la verdad sin embargo continúan mintiendo, saben que nuestra tierra es independiente y libre del yugo colonial, que mi visión y mi camino ha sido claro y en el bien de mi pueblo y que lucharé hasta mi último aliento para mantenernos libres, que Alá todopoderoso nos ayude a permanecer con fe y libres.
Coronel Muummar Qaddafi
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