El viejecito que entra en la Policlínica de Médicos del Mundo tiene la cartilla de la Seguridad Social: "Fui a la Seguridad Social de la Plaza del Teatro. Me dijeron: "Ven dentro de tres meses". Hasta entonces voy a morir de dolores". Los médicos voluntarios lo examinan, le dan medicamentos gratuitos.
Y continúa siendo uno de los ciudadanos que no pueden permitirse ya ni siquiera una simple visita al médico. Así que llama a la puerta de Médicos del Mundo, que antaño socorrían a las víctimas de las guerras civiles y a pueblos desheredados.
En la policlínica de Omonia los médicos voluntarios examinan con prioridad a ancianos con enfermedades crónicas y se aglomeran entre los refugiados. Después de la consulta piden alimentos y medicinas. El teléfono suena constantemente. Son médicos internos que tienen necesidad de medicamentos para sus hospitales. Llaman desde los centros de salud las áreas insulares que necesitan médicos para pasar consulta. Llaman incluso de la Fuerza Griega de Kosovo, pidiendo a los medicamentos esenciales, que, según dicen, no pueden proporcionar los servicios del gobierno griego.
Los médicos, incapaces de cubrir las crecientes necesidades ahora, están desesperados. Pero decir que "incluso aunque nos corten la corriente, ya que no tendremos para pagarla, saldremos a la calle y seguiremos pasando consulta. En las dificultades se crecen las organizaciones de voluntarios”.
120 personas al día.
Los médicos voluntarios están agotados. Sólo en la Policlínica de Atenas examinan a 120 personas al día. Los ancianos piden alimentos y medicinas. "Es gente desesperada que no tiene apoyo. Hasta ayer era pobre, pero vivía decentemente. Todos ellos con pensiones bajas y prestaciones. Ahora dicen que no tienen los cinco euros para pagar su consulta en un hospital público, ni los tickets que necesitan para ir a la Policlínica".
"No es suficiente", ha dicho Nikitas Canakis: "Nuestro trabajo no depende de la financiación. Tendremos grandes dificultades. Nos negamos a cerrar la clínica porque no hay dinero. Si nuestro objetivo es la solidaridad social, que tenemos que ofrecer el doble".
Las policlínicas de la organización en Atenas, El Pireo, Salónica, Pérama se llenan ahora con los griegos. En las provincias también han pasado consulta tres equipos móviles, equipados con médicos de todas las especialidades, y un cuarto, que se ocupa de los usuarios en el centro de Atenas.
"Después de las súplicas de los centros de salud, una unidad móvil con un pediatra, un médico ortopedista y un dentista han cubierto las necesidades de los pacientes en las islas de la línea no rentable", dice Evyenía Zanu, directora de la organización. Solicita a los miembros de la organización que envíen medicamentos para la hipertensión y analgésicos que pedíanoficiales de la Fuerza Griega de Kosovo, diciendo que "probablemente el estado los ha olvidado".
Le preguntamos a los mismos si reciben fondos estatales: "Desde el año 2004 nos debe el Ministerio de Asuntos Exteriores (Agencia Griega de Cooperación y Desarrollo). No hemos recibido financiación para los programas en Sri Lanka. Y no hay fondos estatales. Nuestras fuentes de financiación son las empresas del Fondo Europeo para los Refugiados, empresas con programas de responsabilidad social, las escuelas y los ciudadanos griegos, que donan hasta uno o dos euros". Añade que las aportaciones de los ciudadanos "han disminuido un 20%. El 2011 las aportaciones de ciudadanos ascienden a 11.320, mientras que 2010 (la crisis humanitaria en Haití) superó 700.000. Y el Ministerio de Sanidad tarda en entregar los fondos europeos, pero hay suficientes voluntarios y nos apañamos".
Traducido para CAS por Juan Merino
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