Foto: Las Hurdes, tierra sin pan, de Luis Buñuel
Un 39,5% de las 72.425 familias con niños atendidas por el Programa CaixaInfancia en 10 ciudades españolas, unos 28.000 hogares en total, han pasado hambre en los últimos 10 años o lo están pasando ahora. El 48% de los hogares atendidos se encuentran en situación de pobreza severa. El 81,8% de ellos sufren exclusión laboral -paro, empleo irregular- y el 73,1% experimentan exclusión de vivienda debido al hacinamiento, la insalubridad y los gastos excesivos, entre otros indicadores. Más de la mitad de las familias atendidas viven de alquiler y muchas de ellas tienen que pagar una hipoteca media de 437,7 euros al mes. Estos datos se desprenden de un estudio elaborado por la fundación FOESSA sobre el impacto de CaixaProinfancia, el programa para la superación de la pobreza infantil de la Obra Social La Caixa que ha atendido a más de 172.000 niños de entre 0 y 16 años y 99.000 familias: "El 85,5% viven por debajo del umbral de la pobreza", ha señalado un portavoz de la fundación.
El pasado noviembre, UNICEF presentó un informe sobre la pobreza en la infancia que indicaba que uno de cada cuatro menores residentes en España vive en una familia que tiene unos ingresos inferiores al 60% de la mediana nacional. La cifra ha aumentado un 23% desde 2005 y sitúa a España a la cola de los países miembros de la UE. Entre los 27, solo se encuentran en peores condiciones Rumanía, Bulgaria, Letonia e Italia.
Un 36,7% de los hogares que refleja la muestra están ocupados por familias monoparentales en las que un adulto -la madre, en el 98% de los casos- se hace cargo de mantener a sus hijos en solitario. Según este estudio, el sustentador principal tiene una edad media de 38 años y un nivel de estudios bajo. Casi ninguno dispone de una semana de vacaciones. El informe de UNICEF ya señalaba como un indicador relevante sobre la pobreza infantil el hecho de que los menores formen parte de familias numerosas o monoparentales que se encuentran en situación de desempleo o tienen un trabajo precario. Datos actuales reflejan que más de la mitad de los hogares que reciben ayudas tienen a todos los miembros de la familia en paro, y en el 48% de los casos, hay alguna persona desempleada y sin formación ocupacional durante el último año.
Casi todas las familias atendidas están excluidas de las obligaciones ciudadanas y la vida política: no suelen participar en elecciones, no acceden a la educación pública, no tienen posibilidad de habitar una casa digna y suelen presentar problemas de salud. En cambio, desde un punto de vista social, no suelen provocar conflictos ni estar aislados, aunque tres de cada 10 hogares están afectados por problemas de este tipo.
Según las cifras de 2008, España ocupa, junto a Grecia, el último lugar de la Unión Europea en gasto público en familia e infancia, con un 0,7% del PIB, por debajo de la media de la UE, que se situó en el 2,3%.
El pasado noviembre, UNICEF presentó un informe sobre la pobreza en la infancia que indicaba que uno de cada cuatro menores residentes en España vive en una familia que tiene unos ingresos inferiores al 60% de la mediana nacional. La cifra ha aumentado un 23% desde 2005 y sitúa a España a la cola de los países miembros de la UE. Entre los 27, solo se encuentran en peores condiciones Rumanía, Bulgaria, Letonia e Italia.
Un 36,7% de los hogares que refleja la muestra están ocupados por familias monoparentales en las que un adulto -la madre, en el 98% de los casos- se hace cargo de mantener a sus hijos en solitario. Según este estudio, el sustentador principal tiene una edad media de 38 años y un nivel de estudios bajo. Casi ninguno dispone de una semana de vacaciones. El informe de UNICEF ya señalaba como un indicador relevante sobre la pobreza infantil el hecho de que los menores formen parte de familias numerosas o monoparentales que se encuentran en situación de desempleo o tienen un trabajo precario. Datos actuales reflejan que más de la mitad de los hogares que reciben ayudas tienen a todos los miembros de la familia en paro, y en el 48% de los casos, hay alguna persona desempleada y sin formación ocupacional durante el último año.
Casi todas las familias atendidas están excluidas de las obligaciones ciudadanas y la vida política: no suelen participar en elecciones, no acceden a la educación pública, no tienen posibilidad de habitar una casa digna y suelen presentar problemas de salud. En cambio, desde un punto de vista social, no suelen provocar conflictos ni estar aislados, aunque tres de cada 10 hogares están afectados por problemas de este tipo.
Según las cifras de 2008, España ocupa, junto a Grecia, el último lugar de la Unión Europea en gasto público en familia e infancia, con un 0,7% del PIB, por debajo de la media de la UE, que se situó en el 2,3%.
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